Puentes de otoño por Europa y con niños

30.09.2013 06:50

¿Os quedan unos días de vacaciones y queréis viajar este otoño con vuestros hijos? Allá van cuatro ideas para un fin de semana en familia: dos escapadas a destinos cálidos –Malta y la Costa Azul- y otras dos al norte de Europa: Dublín y Bélgica. [Publicado en ZoomNews.es en septiembre de 2013]

La Costa Azul francesa se pone muy al alcance en otoño / Foto: Turismo de Niza

Comienza la temporada alta de puentes, aunque este año no va a estar nada fácil el “modo acueducto”: el día del Pilar es sábado y caen en viernes tanto el 1 de noviembre –Puente de Todos los Santos- y el 6 de diciembre, el Puente de la Constitución o Puente de la Inmaculada.

Pero incluso en tres días –alguno más si se apuran los días de vacaciones sobrantes antes de que se agoten- se pueden hacer agradables viajes en familia para conocer y disfrutar de nuevos destinos. Además de los viajes clásicos de otoño –París, Nueva York, Londres, Praga o la Toscana- tengo algunos destinos en mente: conocer la Costa Azul sin precios desorbitados ni aglomeraciones; volver a la siempre encantadora Brujas; visitar Malta o dejarme caer con mis hijos por Dublín.

Malta, esencia mediterránea

Malta ofrece tradición marinera y mediterránea / Foto: Turismo de Malta

La entrada en la Unión Europea nos ha acercado a Malta, pequeño país compuesto por tres islas (Malta, Gozo y Comino) situado al sur de Sicilia. Ofrece otoño cálido (de 25 a 30 grados de máxima en noviembre y diciembre) y puro encanto mediterráneo en el que se mezclan una impresionante riqueza histórica, monumentos de todas las épocas y, por supuesto, amor por la buena vida.  Un lugar para dejarse llevar por las opciones de practicar diferentes deportes, paseos, excursiones entre islas.

Es fácil desplazarse por las islas en barco, autobús público o turístico, taxi o coche alquilado. Lo que no hay que perderse viajando con niños: la Gruta Azul (Blue Grotto), una cueva submarina que se visita en lancha; el pintoresco pueblo pesquero de Marsaxlokk, escenario de varias películas; o el Parque Marino Mediterráneo, el acuario de un país que adora el mar. Malta es un sitio perfecto para practicar inglés y comer, con restaurantes de todos los precios y mucha tradición culinaria italiana.

Cómo llegar: en los últimos años hemos visto que se han multiplicado los vuelos a Malta. Desde España se pueden encontrar conexiones directas a Malta desde Madrid o Barcelona con Vueling o Ryanair. En compañías convencionales, como Lufthansa, hay que calcular una escala. Se pueden encontrar muy buenos paquetes de vuelos+hotel en Logitravel. 

Explorando los escarpados acantilados malteses / Foto: Turismo de Malta 

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Dublín, simpática y muy agradable

Puente sobre el río Liffey en Dublín / Foto: visitdublin.com

Sí, el otoño en la capital irlandesa es la época más lluviosa, pero las temperaturas no son demasiado bajas y en Irlanda la lluvia tampoco es novedad. Un buen chubasquero y botas de agua, y a disfrutar del encanto de las calles y de las mil y una propuestas para niños en Dublín.

Siempre concebible como una escapada familiar en la que se puede practicar inglés, además de pasear por Grafton Street, respirar el ambiente de Temple Bar y acometer visitas imprescindibles, como el Trinity College, hay actividades pensadas especialmente para niños. Las visitas en familia al Museo de Historia Natural, o parques de juegos como Imaginosity y Dublinia –dedicado a los vikingos y al mundo medieval- permitirá a los más pequeños participar en actividades dirigidas y congeniar con otros niños.

Cara a cara con un zapatero medieval en Dublinia

Los autobuses panorámicos y los paseos en barco, ambos convenientemente cubiertos por si la lluvia, proporcionan una forma cómoda y agradable de recorrer y explorar Dublín.

Un gran puente en una capital acogedora, segura, muy cómoda, simpática como pocas y en la que fundamentalmente, se está muy bien.

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La Costa Azul francesa, “por fin solos”

Panorámica de Niza, en la Costa Azul / Foto: Turismo de Niza

Prohibitiva y saturada en pleno verano, la siempre elegante Costa Azul goza de un agradable otoño que envidia el resto de Francia. Hay que dejar atrás el estrés y prepararse para un baño sensorial a lo grande: arte, sabores, aromas procedentes de la tierra y paisajes espectaculares.

Las internacionalmente famosas Niza y Cannes se despejan tras el verano, los precios de los hoteles bajan, las terrazas continúan abiertas y la playa dura hasta entrado el otoño. Es un momento perfecto para hacer una escapada familiar y conocer mecas del estilo como Saint-Tropez o el pueblecito que cautivó con su luz a los pintores franceses más relevantes del siglo XIX, Antibes. En otoño continúan operando dos trenes turísticos que se adentran en los encantos de la región: Le Train des Pignes (entre Niza y Puget-Théniers, en el Valle del Var) y Le train des Merveilles, que recorre los valles de tradición barroca. Cannes celebra durante el otoño P’tits Cannes à You, un festival de teatro, música, marionetas y actividades para niños.

Cómo llegar. Los valientes pueden acceder a la Costa Azul en coche, pero las buenas conexiones hacen que la opción avión+coche de alquiler sea la más lógica. Hay vuelos directos a Niza desde Barcelona con Vueling, y Ryanair vuela a Marsella desde Ibiza, Madrid, Málaga, Palma, Reus, Sevilla y Valencia. Iberia también vuela a Marsella con ofertas interesantes.

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Flandes: cuento de hadas en Bruselas y Brujas

Junto a los canales de Brujas / Foto: MM

En casa somos entusiastas de Bélgica, un país precioso con un clima endiablado pero que ha hecho de la buena vida una obra de arte al alcance de todos. La comida es impresionante, da igual si se trata de un restaurante de campanillas, una marisquería de tapas o un puesto de patatas fritas, todo sabe de maravilla; si te gusta la cerveza, hay pocos lugares del mundo con tanta variedad y calidad; el chocolate, desde el humilde Côte d’Or a marcas de lujo como Godiva o Neuhaus, es para poner los ojos en blanco…

Lo mejor es que, a pesar de la leyenda negra de cuando fueron parte del Imperio, a los españoles nos aprecian de verdad. La tradición del cómic, la singularidad estética de tiendas y hoteles, la espectacular arquitectura de algunas ciudades y el paisaje, ondulado y boscoso, han dejado con la boca abierta a mis hijos. Es uno de nuestros destinos familiares favoritos.

El vuelo se hace a Bruselas, capital a la que llegan frecuentemente compañías regulares y low cost y muy bien comunicada por tren con las principales atracciones del país.

Aunque la capital tiene su encanto y es un buen campamento base, Brujas es tan arrebatadoramente hermosa, que merece por sí sola la escapada. Desde allí se pueden hacer cortas visitas a la trendy Amberes, Gante o Ypres. Para los que prefieren Bruselas, no deben dejar de hacer excursiones a Lovaina, Amberes y, por supuesto a Brujas.

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