Una cabaña en Finlandia, un inolvidable viaje familiar
El verano finlandés, agradable y luminoso, es una cabaña en el bosque o junto a un lago. Es tranquilidad y disfrute del entorno. Es un paisaje en el que el ser humano habla sin levantar la voz [Publicado en ZoomNews.es en febrero de 2013]
El pasado domingo, tras la emisión de “Cuestión de educación”, el último reportaje del programa Salvados de LaSexta, todos queríamos ser finlandeses, irnos a vivir a Finlandia y disfrutar de su magnífico sistema educativo. Para vivir siempre, quizás no, pero como viaje en familia, es uno de los mejores que he hecho.
Por si nunca te lo han dicho, Finlandia enamora. Si aún no has decidido dónde vais a ir este verano, déjame que te sugiera una idea que fue una de las experiencias más gratificantes de la vida para mí y mi familia: una cabaña junto a un lago finlandés.
Fue a principios de julio 2008. La cabaña pertenecía a una amiga y estaba en una islita de unos 200 metros cuadrados, en medio de un lago pequeño y poco profundo, precisamente, en la Región de los Mil Lagos.
Para llegar a la cabaña había que sacar una vieja barca con motor de su embarcadero, casi a pulso, y vadear a remo las zonas rocosas. Todos llevábamos chalecos salvavidas. Dejamos las Nintendo en el coche, porque, como nos dijeron, “sólo debes subir a un barco aquello que estés dispuesto a perder”.
Transportábamos todo lo que íbamos a comer y beber, incluida el agua potable. Cualquier residuo tendría que volver con nosotros, porque en las cabañas no se deja nada y el camión de la basura no va a pasar.
La cabaña tenía un saloncito, una minicocina… y una buena sauna. Fuera había un cobertizo para leña y, aparte, la letrina, una cabina de madera sin conducción que funciona con hojas secas. Ni electricidad ni agua corriente, sólo una lámpara de petróleo y leña, como un siglo atrás.
Fueron unos días inolvidables, rodeados de una naturaleza salvaje y asombrosa que duerme durante meses para eclosionar a toda prisa de forma espléndida en el verano. Abedules frondosos, paz absoluta… poco más que hacer que bañarse, leer, pescar, dar un rodeo a la isla en la barquita de remos, encender la barbacoa o tomar la sauna. Efectivamente, en la sauna se está desnudo y se sale corriendo a zambullirse al lago varias veces…
Había claridad de sol hasta casi las dos de la mañana y amanecía un rato después. Las puestas de sol rojas y eternas, las cañas hechas con palos e hilos en las que los peces picaban sin cesar, los arcoíris completos, los niños corriendo por la islita en taparrabos y aprendiendo de verdad el sentido de convivir con el paisaje… La experiencia es realmente memorable y muy aconsejable para quienes quieran perderse unos días en un paisaje absolutamente mágico. En familia es infinitamente mejor.
El verano finlandés, agradable y luminoso, es una cabaña en el bosque o junto a un lago. Es tranquilidad y disfrute del entorno. Es un paisaje en el que el ser humano habla sin levantar la voz. En este país grande y poco poblado, mucha gente tiene cabañas en bosques y lagos que alquila para las vacaciones. Gestionar el viaje desde España es relativamente sencillo y tiene un precio bastante razonable para tratarse del prohibitivo norte.
Organizado y organizable
El viaje más común, como el que se puede contratar a través de agencias especializadas como Touristforum.net, dura unos ocho días e incluye vuelos, coche de alquiler, una noche de hotel en Helsinki y una semana en la cabaña elegida. En esta agencia barcelonesa tienen este paquete desde 637 euros por persona.
La zona más popular del país es la de los lagos, que ocupa el centro y este, y en la que el paisaje está completamente dominado por agua y bosques. Tampere, Mikkeli, Kuopio, Savonlinna o Jyväskylä, donde se celebra el famoso Rally de los Mil Lagos, son algunas de las localidades más célebres de este inmenso territorio. También se pueden alquilar cabañas junto al mar en el sur, junto al mar, cerca de Turku o Helsinki, en el archipiélago entre Suecia y Finlandia, Äland, y en Laponia, cerca de Rovaniemi.
La empresa finlandesa Lomarengas, con la que hay que entenderse en inglés, tiene cientos de cabañas para alquilar en todo el país. ProLoma se encarga de centralizar las reservas de cabañas en Laponia, cerca de Kuusamo y Ruka, el famoso resort de esquí. La oficina de turismo de Rovaniemi también es un buen sitio para preguntar. Para finales de junio, una semana en una cabaña para cuatro, junto a un lago, puede salir por unos 800-1.000 euros.
En su blog phylosoft.com, Jorge Mir da algunas indicaciones bastante útiles a la hora de elegir cabaña, como asegurarse de que tenga electricidad y agua corriente –no todos tenemos alma de robinsones-, la distancia hasta el lago o el mar, el precio de la limpieza final o si es necesario llevar sábanas
Cuando te alojas en una cabaña te ocupas de llevar la comida y de prepararla. No siempre hay restaurantes cerca. Es importante preguntar antes de alquilar dónde queda el supermercado más cercano, ya que, en zonas aisladas, puede implicar desplazamientos de hasta 20 ó 30 kilómetros. Las tiendas finlandesas son grandes, están bien surtidas y los precios son parecidos a los españoles. Venden cerveza (qué buena, la Karhu), pero no licores, que se compran en tiendas especiales…
Alquilar un coche es imprescindible si se quiere recorrer el interior del país. Desde España se puede hacer la reserva con cualquier gran compañía europea y recoger el vehículo en el aeropuerto. Con Avis, por ejemplo, el más barato cuesta 371€ para esa semana a finales de julio.
El viaje desde Helsinki es cómodo: dos o tres horas según la zona en la que esté la cabaña, por buenas y poco transitadas carreteras y con áreas de servicio muy agradables y preparadas para recibir niños en sus restaurantes (suele haber rincones con juguetes y libros para ellos). El detalle ‘pro igualdad de sexos’ que nos hizo sonreír: hay cambiadores de pañales tanto en los aseos de hombres como en los de mujeres.
Los vuelos no son baratos, pero tampoco disparatados. El más económico que hemos encontrado para esas fechas en rumbo.es es con la compañía finlandesa, Finnair, directo Madrid-Helsinki-Madrid y a un precio de poco menos de 250 euros por pasajero.
De paseo por Helsinki
Siempre, siempre, recomendaré pasar un par de días en Helsinki. Es una ciudad segura, interesante y se ve en tres paseos. La mejor forma de recorrerla en familia es con el autobús panorámico. Se compran los tikets en la plaza del Senado, frente a la catedral luterana y va recorriendo los lugares más interesantes de la ciudad: el monumento a Sibelius, el Estadio Olímpico, el mercado del puerto (parada para comer), la Estación Central de trenes (diseño de Saarinen), la Casa de Finlandia (de Alvar Aalto), o la Iglesia de la Roca. Desde 20 euros 24h por adulto y gratis para menores de 16 años. La excursión a la cercana isla-fortaleza de Suomenlinna se hace en ferry desde el mercado del puerto.
De la península de Katajanokka salen los ferrys en dirección a una de las ciudades más hermosas de Europa, Tallin, la capital de Estonia… pero eso será otro viaje.